Un seguro de salud para mascotas de Suecia afirma que, de 350.000 perros, el cáncer es la principal causa de muerte, un 18% del total de fallecimientos. ¿Hay algo que pueda hacer la industria del pet food para disminuir estos números? ¿Cuál es el efecto real que tiene la alimentación?
En este artículo indagaremos en los diferentes estudios y avances en el área, con el fin de tener un mayor entendimiento sobre la influencia del alimento en el desarrollo de esta enfermedad.
Existen muy pocos datos de investigación sobre pautas dietéticas basadas en evidencia para prevenir o controlar el cáncer canino. Actualmente, 1 de cada 4 perros tiene altas posibilidades de desarrollar cáncer.
Al igual que en los seres humanos, la incidencia de cáncer en caninos ha aumentado en las últimas décadas.
Factores como la nutrición, el estilo de vida, el ejercicio y las toxinas son capaces de alterar el componente genético, ya sea de forma positiva o negativa. Por ejemplo, la inflamación crónica induce una alteración epigenética, y se ha demostrado que aumenta el riesgo de desarrollar cáncer en los seres humanos, por lo que se puede predecir lo mismo para los perros.
Veamos qué evidencias o estudios se han realizado hasta el día de hoy.
Investigaciones sobre la relación alimento para perros y cáncer
Ahora bien, con las aflatoxinas sucede que, debido a que lo que podría causar tumores cancerosos es el consumo de alimentos contaminados durante un período largo de tiempo, es muy difícil corroborar cuando la enfermedad se desarrolla por el consumo de este hongo, ya que se informarían muy pocos casos.
Los granos como el maíz, el trigo y el arroz, así como las nueces y las legumbres pueden contaminarse debido a las malas condiciones de almacenamiento. Esta contaminación se da por un moho conocido como aflatoxinas. El primer brote documentado de aflatoxinas se remonta a 1974, cuando en la India cientos de perros callejeros murieron después de comer granos de maíz contaminados con aflatoxinas. En 1998, 55 perros murieron por la misma causa, y en diciembre de 2005, en los Estados Unidos, más de 100 perros murieron por alimentos para mascotas fabricados con alimentos contaminados con aflatoxinas. Como ya hemos hablado en este artículo, las aflatoxinas son un carcinógeno muy potente.
Este estudio también encontró en el alimento de 3 marcas estadounidenses melamina y ácido cianúrico, sustancias con las que, en 2007, se envenenaron miles de mascotas.
Ambos estudios incluyeron un cuestionario cuantitativo acerca de la frecuencia alimentaria sobre la ingesta dietética de proteínas, grasas y carbohidratos.
En el estudio realizado en EE.UU., se comprobó que los perros con tumores mamarios consumieron algo menos de grasas y más carbohidratos. Sin embargo, en el estudio español se observó lo contrario.
Los dos estudios indican que la composición de la dieta, expresada como porcentajes de energía de los macronutrientes, no está exclusivamente relacionada con el riesgo de cáncer de mama en los perros. En cambio, los dos estudios identificaron un factor de riesgo por igual: el sobrepeso juvenil.
En el estudio realizado en EE.UU., se demostró que los perros que eran delgados al año de edad presentaron un porcentaje menor de cáncer de mama en la edad adulta. De la misma manera, el estudio español mostró que los perros con obesidad al año de edad desarrollaron cáncer de mama en un porcentaje mayor.
Estos resultados nos permiten afirmar que la prevención del sobrepeso no solo contribuye a la longevidad, sino también a un desarrollo retardado de tumores mamarios en las perras.
Otros datos relevantes
- Las aminas heterocíclicas (HCA) y los hidrocarburos aromáticos policíclicos (HAP) son sustancias químicas que se forman cuando la carne de músculo se cocina a altas temperaturas. Son mutagénicos, lo que significa que pueden cambiar la estructura del ADN y, de hecho, han surgido investigaciones que sugieren que estos químicos aumentan el riesgo de cáncer en humanos y algunos animales, como las ratas. Esto arroja que, a la hora de extruir el alimento, debemos ser muy cuidadosos con las temperaturas que utilizamos a lo largo de todo el proceso.
- Desde 1930 se sabe que la glucosa está relacionada con el crecimiento de células cancerosas. En ese entonces, se descubrió que las células cancerosas exhiben una mayor tasa de glucólisis que las células normales, lo que significa que generan energía para crecer a partir de la descomposición de la glucosa. Esto nos lleva a repensar la cantidad de carbohidratos que contienen los alimentos (en algunos casos se ha visto que ocupan más del 50% de la fórmula).
En resumen
Aún se requieren más investigaciones para determinar el alcance del vínculo entre el alimento para perros y el desarrollo de cáncer.
Sin embargo, es importante recordar, tanto para la Industria como para los Dueños, que cada bocado que ingiere un animal tendrá efectos en su cuerpo y salud, que podrán ser negativos o positivos.
Es muy probable que la composición de una dieta afecte tanto el desarrollo de un cáncer canino como al curso de la enfermedad, pero lo cierto es que solo hay información fragmentaria de investigaciones publicadas.
Fuente: All Pet Food